Acusado Aznar de tergiversar informes para justificar guerra en Iraq
12 de agosto del 2003El jefe del gobierno español, José María Aznar, "tergiversó" un informe de los inspectores de armas de las Naciones Unidas, al dar como un hecho que Iraq tenía armamento de destrucción masiva, denunció este lunes el diario El País.
"La obligación de (Saddam) Hussein es el desarme de las armas de destrucción masiva que posee, utilizó y utilizará si no se remedia", aseguró Aznar en una comparecencia ante el Congreso el 5 de febrero pasado para justificar la participación de España en la guerra, informó Notimex.
El gobernante presentó un inventario de armas, al señalar que -según un informe de los inspectores- Iraq "posee tres mil toneladas de precursores químicos, 300 toneladas de agentes químicos en bruto, 30 mil municiones especiales para guerra química y biológica". Además de tubos, calibradores y centrifugadora para construcción de armas nucleares, mil toneladas de agentes químicos como gas nervioso VX, seis mil 500 proyectiles para carga química, ocho mil 800 litros de ántrax y 380 propulsores de misiles con químicos.
De acuerdo con el rotativo, dichas armas fueron mencionadas en un reporte presentado en enero de 1999 por el entonces jefe de inspectores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Iraq, Richard Butler, pero como "pendientes de justificar".
Nueve días antes del discurso de Aznar ante el Congreso, el mismo jefe de inspectores, Hans Blix, señaló que dichos informes "no sostienen que las armas de destrucción masiva permanezcan en Iraq, pero tampoco excluyen tal posibilidad, recordó el matutino. Agregó que el jefe del gobierno español no sólo "tergiversó" el contenido de los informes de los inspectores, sino que trató de demostrar que las armas de destrucción amenazaban a España, "lo que justificaría la posición adoptada por el gobierno".
En el documento "Crisis de Iraq: argumentario por la paz y la seguridad", entregado a la cúpula militar española, el gobierno aseguró que las armas iraquíes "son una amenaza y un riesgo claro para la paz y la seguridad de todos, incluyendo España".
"La utilización de estas armas por el terrorismo internacional es cuestión de tiempo", indicó el texto y agregó que la comunidad internacional y España "no pueden esperar a las consecuencias de los incumplimientos futuros de Hussein".
De acuerdo con el rotativo, el objetivo de este documento era que fuera repetido por los miembros de la cúpula castrense en caso que tuvieran que dar declaraciones.
El gobierno español hasta ahora había estado al margen de los escándalos desatados en Reino Unido y Estados Unidos por la tergiversación de informes de inteligencia sobre las presuntas armas de destrucción masiva iraquíes.
Tras los escándalos en Londres y Washington, Aznar argumentó que su respaldo a la ofensiva contra el régimen de Hussein no se basó en reportes de los servicios de inteligencia, sino en los informes de los inspectores de armas de las Naciones Unidas en Iraq.
"La obligación de (Saddam) Hussein es el desarme de las armas de destrucción masiva que posee, utilizó y utilizará si no se remedia", aseguró Aznar en una comparecencia ante el Congreso el 5 de febrero pasado para justificar la participación de España en la guerra, informó Notimex.
El gobernante presentó un inventario de armas, al señalar que -según un informe de los inspectores- Iraq "posee tres mil toneladas de precursores químicos, 300 toneladas de agentes químicos en bruto, 30 mil municiones especiales para guerra química y biológica". Además de tubos, calibradores y centrifugadora para construcción de armas nucleares, mil toneladas de agentes químicos como gas nervioso VX, seis mil 500 proyectiles para carga química, ocho mil 800 litros de ántrax y 380 propulsores de misiles con químicos.
De acuerdo con el rotativo, dichas armas fueron mencionadas en un reporte presentado en enero de 1999 por el entonces jefe de inspectores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Iraq, Richard Butler, pero como "pendientes de justificar".
Nueve días antes del discurso de Aznar ante el Congreso, el mismo jefe de inspectores, Hans Blix, señaló que dichos informes "no sostienen que las armas de destrucción masiva permanezcan en Iraq, pero tampoco excluyen tal posibilidad, recordó el matutino. Agregó que el jefe del gobierno español no sólo "tergiversó" el contenido de los informes de los inspectores, sino que trató de demostrar que las armas de destrucción amenazaban a España, "lo que justificaría la posición adoptada por el gobierno".
En el documento "Crisis de Iraq: argumentario por la paz y la seguridad", entregado a la cúpula militar española, el gobierno aseguró que las armas iraquíes "son una amenaza y un riesgo claro para la paz y la seguridad de todos, incluyendo España".
"La utilización de estas armas por el terrorismo internacional es cuestión de tiempo", indicó el texto y agregó que la comunidad internacional y España "no pueden esperar a las consecuencias de los incumplimientos futuros de Hussein".
De acuerdo con el rotativo, el objetivo de este documento era que fuera repetido por los miembros de la cúpula castrense en caso que tuvieran que dar declaraciones.
El gobierno español hasta ahora había estado al margen de los escándalos desatados en Reino Unido y Estados Unidos por la tergiversación de informes de inteligencia sobre las presuntas armas de destrucción masiva iraquíes.
Tras los escándalos en Londres y Washington, Aznar argumentó que su respaldo a la ofensiva contra el régimen de Hussein no se basó en reportes de los servicios de inteligencia, sino en los informes de los inspectores de armas de las Naciones Unidas en Iraq.