30.3.05 

Todos hablan de fascismo cristiano

“Combatiendo por la labor del Señor”

Gary Leupp
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Comentaristas de derecha e izquierda hablan de fascismo en EE.UU. El conservador heterodoxo, Lew Rockwell, en un reciente artículo intitulado “La realidad del fascismo de Estado rojo”, declara, “lo que tenemos vivo en EE.UU. es un fascismo americanizado y puesto al día”.

Su compañero heterodoxo, Justin Raimondo, en un artículo llamado “Los conservadores de la actualidad son fascistas”, llama a los neoconservadores que conforman la política externa de EE.UU.: “fascistas, pura y simplemente”. El ministro de los Metodistas Unidos, el reverendo William E. Alberts acusa a algunos de los seguidores de Bush de apoyar una “súper religión que muestra tendencias similares a la súper raza de Hitler, con su ideología fascista de superioridad”.

Mientras tanto, el Partido Comunista Revolucionario circula decenas de miles de ejemplares de una declaración que dice que “Bush y sus gentes” son “cristiano-fascistas – fanáticos peligrosos que quieren convertir a EE.UU. en una dictadura religiosa e imponerla al mundo”. Hay un espectro bastante amplio de opinión antifascista.

Pienso que es bueno que haya salido a la luz la palabra ‘f’, y que se haya puesto el tema sobre la mesa. Hay que discutir el fascismo. Lo pensé en octubre de 2002, cuando escribí un ensayo publicado en CounterPunch, “Hablando del fascismo con tus niños”. Fue presentado como una conversación que uno podría tener con pre-adolescentes, hecha con la simple claridad y sobriedad que uno podría utilizar al hablar con sus hijos del uso de drogas o del sexo o de cualquier tema serio. Mi punto en esa época era que el fascismo no es sólo un fenómeno único de los años 30 y 40, derrotado en 1945, sino algo que puede recrudecer. Uno debiera mantenerse alerta ante los signos de advertencia.

Eso fue hace más de dos años, antes de la criminal invasión de Irak, basada en mentiras, y de la cínica explotación del miedo con una base racial. Fue antes de que oficiales británicos se quejaran de que sus homólogos estadounidenses en Irak estaban tratando a los iraquíes como Untermenschen (subhumanos, un término que los nazis aplicaron a varios grupos no-arios). Fue antes de las revelaciones de torturas en Abu Ghraib y Guantánamo, y la reorganización de la “comunidad de la inteligencia” para diseminar mejor la desinformación al servicio de la guerra continua. Fue antes de la campaña de Bush para modificar la constitución por primera vez, específicamente para impedir la expansión de las libertades. Fue antes de que personas dentro y alrededor de la administración defendieran los campos de concentración para japoneses-estadounidenses con vistas a nuevos campos de concentración para otros grupos en el futuro. La marea fascista ha surgido entretanto, como pensaba que era muy probable, en 2002.

Un movimiento fascista

No quiero decir que el estado se haya vuelto fascista. Seguimos siendo una democracia burguesa, en la que tienes libertad para votar por el republicano o el demócrata patrocinado por las corporaciones, que te guste. Puedes seguir maniobrando lo mejor que puedas en un mercado controlado por cada vez menos personas. Puedes abrir una amplia gama de sitios en la red, protestar en las calles (bajo condiciones cuidadosamente controladas), y decir lo que piensas en correos electrónicos y llamados por teléfono (aunque las autoridades pueden controlarlos como les dé la gana).. Puedes seguir escribiendo y tal vez publicar cartas al editor criticando al régimen. El país mismo sigue siendo pre-fascista.

Tampoco existe, todavía, un partido fascista de masas. Los republicanos podrían convertirse en algo así, pero siguen existiendo los ocasionales Ron Pauls. (Tengo que señalar, sin embargo, que el propio congresista republicano de Texas opina que “un estado policial total se acerca rápido”.) Lo que presenciamos es un movimiento fascista, incluso si sus tropas de asalto en sí no lo conciben, en general, como tal. Muchos de ellos piensan simplemente que forman parte del Ejército de Dios, que no tiene nada en común con los camisas pardas de Hitler, sobre los que aprendieron en la escuela que eran gentes malas, derrotadas por los buenos estadounidenses. Se sentirían insultados si se les dijera que se parecen a los partidarios nazis de los años 30, pero en muchos aspectos corresponde a la verdad.

El fascismo se alimenta del miedo. El Reichsmarschall de Hitler, Hermann Goering, declaró que: “la gente siempre será llevada a hacer lo que desean los líderes. Es fácil. Todo lo que tienes que hacer es decirle que está siendo atacada y atacar a los pacifistas por su falta de patriotismo y por exponer el país al peligro. Funciona igual en todos los países”. Tema para discusión, señoras y señores: ¿Cómo se aplica esto en este país? ¿Funciona la miríada de amenazas utilizadas por el movimiento para atemorizar a todos los que quieran escuchar (armas de destrucción masiva, nubes en forma de hongo sobre Nueva York, musulmanes en general, profesores universitarios liberales, homosexuales) para lograr que la gente haga lo que sus líderes desean?

El fascismo también se alimenta de la ignorancia. Los “alemanes buenos” fueron verdaderamente persuadidos de que los judíos, los eslavos, y los bolcheviques, los amenazaban en 1939. El fascismo es inherentemente anti-intelectual, provoca emociones (orgullo nacional, resentimiento contra ‘extraños’, sentimientos de ofensa, esperanzas milenarias) y elige sobre todo entre los enemigos internos a los que ponen en duda sus mitos auto-validantes.. Un factor clave en la variedad estadounidense es un ataque frontal contra campos completos de la ciencia, especialmente los que ponen en duda la descripción bíblica de la tierra como si tuviera sólo 6.000 años.

Un alto ayudante de Bush declaró realmente a Ron Suskind del New York Times que funcionarios de la administración rechazan con desprecio como irrelevante lo que califican de “la comunidad basada en la realidad” – específicamente, a la gente que “cree que las soluciones emergen de su estudio pertinente de la realidad discernible”. “En realidad el mundo ya no funciona de esa manera”, declaró. “Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras estás estudiando esa realidad – con pertinencia, como de costumbre – volveremos a actuar, creando otras nuevas realidades diferentes, que también puedes estudiar, y así las cosas se irán arreglando. Somos los protagonistas de la historia… y a ustedes, a todos ustedes, no les quedará más que estudiar lo que nosotros hacemos”.

En otras palabras, la verdad es para los debiluchos; olvídenla. Nosotros somos los campeones, los poderosos, producimos la realidad a medida que avanzamos, y si quieres un trozo, únete a la falsa ilusión. Castigaremos a los franceses por rechazar racionalmente el ataque contra Irak, y, en realidad, por infligir la Ilustración (con su énfasis en el empirismo racional, ni viril ni heroico) hace algunos siglos.. Castigaremos a la CIA por impulsar de modo detestable la inteligencia basada en la realidad por sobre la desinformación necesaria que se le solicitó, antes del ataque a Irak. Es el tipo de pensamiento fascista que no es sólo proclamado por la radio hablada de derecha, sino desde innumerables púlpitos, noticias por cable, y la Casa Blanca – con un orgullo irracional, mediante la generación de miedo, con sorna, creando su propia realidad con el apoyo calculado de amplios sectores de EE.UU. corporativo.

Gott Mit Uns [Dios con nosotros]

Los maoístas lo llaman “fascismo cristiano” subrayando su programa social que actualmente incluye revertir la sentencia de Roe contra Wade, la prohibición del matrimonio gay, la imposición de las plegarias en las escuelas, cuestionar la ciencia, y en general el ataque contra la separación estricta de iglesia y estado. Los heterodoxos, al contrario, se concentran en la agenda de los neoconservadores, que da la casualidad que son sobre todo judíos laicos que apoyan enérgicamente el Partido Likud de Israel y que influyen en la formulación de la política exterior después del 11-S, especialmente en lo que tiene que ver con lo que han estado llamando “el Gran Medio Oriente”. Evidentemente, el término “cristiano fascista” no describe a esta gente, que podrían tener sentimientos encontrados sobre un movimiento que es actualmente útil para su agenda de política extranjera pero que podría volverse contra ellos y hacer la vida difícil a mucha gente que rechaza el cristianismo fundamentalista. Si son fascistas, pertenecen a una variedad diferente aunque relacionada. Todo el que aplica la palabra con ‘f’ está de acuerdo en que los fascistas no respetan las libertades cívicas y que han utilizado el 11-S para viciar la Declaración de Derechos.

Lo que me preocupa es: Ya que esta marea fascista está tan relacionada con una política extranjera posterior al 11-S tan conformada por no-cristianos, ¿podemos realmente llamar al movimiento “cristiano-fascista”? Si uno lo hace, reconoce lo obvio: que la base social de Bush es en gran parte fundamentalista cristiana, comprometida con lo que llama perversamente un programa de “valores familiares”. Pero los fundamentalistas cristianos, que han estado agitando durante años por la oración en las escuelas, la censura de los libros de texto, la exhibición pública de los 10 Mandamientos, etc. no han estado exigiendo desde la base una acción militar de EE.UU. para lograr cambios de régimen en Medio Oriente. El movimiento para lograr ese aspecto central del programa fascista proviene de la elite, y los neoconservadores dentro y fuera del gobierno juegan un rol fundamental. Sucede que sus planes para Medio Oriente encajan con las esperanzas y expectativas de los fundamentalistas para el “Fin de los Tiempos”en esa región; hasta el extremo que incluso el colapso de las justificaciones originales para la Guerra de Irak no intimida a estos últimos en su apoyo para lo que ven como un plan divino. Los neoconservadores en el poder, de común acuerdo con sus colegas fundamentalistas (entre ellos Bush y Cheney), han pulsado a los fascistas cristianos de la base como si fueran las cuerdas de un arpa.

¿Significa que al llamar la tendencia fascista en general “cristiano fascista” enviamos el mensaje equivocado a aquellos cristianos que la rechazan y la consideran irreconciliable con lo que para ellos es el cristianismo? Es seguro que esos creyentes son la mayoría entre el 75 y el 80% de los estadounidenses que se identifican como cristianos. ¿Es injusto hacia los católicos devotos, que siguen la doctrina de la Iglesia en temas como el aborto y la homosexualidad y que podrían, digamos, votar por prohibir el matrimonio gay pero que se oponen apasionadamente a la guerra? ¿Podríamos, ante la contribución no-cristiana a esta tendencia fascista, referirnos a ésta sólo como “fascismo religioso”? O sólo como “fascismo estadounidense”?

Sí, tenemos en la cumbre a Bush y Cheney, metodistas registrados que pueden o no creer sinceramente en la teología de John Wesley, que no es tan disimilar de la de su contemporáneo Muhammad ibn Abd al-Wahhab, pero que reciben apoyo de la derecha religiosa, especialmente de los menos educados en su seno. Pero luego tenemos también al ministro metodista, el reverendo William E. Alberts que ya citamos. El problema no es alguna religión específica sino la necesidad específica del capitalismo en crisis de transformar el mundo, explotando la religión siempre que le sea útil hacerlo. Hitler se lanzó a su misión de transformar el mundo presentándose como un hombre devoto: en “Mein Kampf” [Mi Lucha] se refiere repetidamente al “Señor”, “el Todopoderoso”, y a Jesús como “el gran fundador de una nueva doctrina”. “Lucha por la labor del Señor”, declaró, y un montón de cristianos alemanes, protestantes y católicos, le creyeron. Los soldados de la Wehrmacht [ejército alemán] llevaban hebillas con la consigna Gott mit uns (Dios está con nosotros).

El antifascismo cristiano

Por otra parte, algunos cristianos rechazaron la explotación de su fe. Dietrich Bonhoeffer, el sacerdote luterano alemán que murió en 1945 en un campo de concentración a los 39 años, fue la antitesis del fascista cristiano. En su libro “Ética”, culpó a otros cristianos de no haber atacado directamente la especificidad del mal en su época. Bonhoeffer fue ejecutado por su participación en un heroico intento de asesinar a Hitler. Fue, desde el punto de vista aceptado en aquel entonces por los fascistas, un terrorista. Martin Niemoeller, otro pastor protestante, estuvo internado en un campo prisión durante ocho años, liberado en 1945. Había predicado contra aspectos del régimen. Después de su liberación sugirió que él y otros protestantes no habían hecho lo suficiente. Aunque se cuestiona la cita, se dice que Niemoeller declaró: “Primero vinieron por los comunistas, pero yo no era comunista, así que no dije nada. Luego vinieron por los socialistas y los sindicalistas, pero yo no era ninguna de las dos cosas, así que no dije nada. Luego vinieron por los judíos, pero yo no era judío, así que no dije nada. Y cuando vinieron a buscarme a mí, no quedaba nadie que dijera algo a mi favor”.

En realidad los que tienen que rechazar y refutar la nefasta asociación entre su fe y la “labor del Señor” que Bush pretende que está realizando, son cristianos como estos últimos, pero de nuestros días, y deben pronunciarse contra las tendencias fascistas que ocurren ahora mismo en nombre del que aconsejó a sus seguidores: “Ama a tus enemigos, haz el bien a los que te odian, bendice a los que te maldicen y ora por los que te persiguen”. (Luc 6:27-28) En sus palabras tenemos la base segura de un movimiento cristiano antifascista.

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Gary Leupp es profesor de historia en la Universidad Tufts, y Profesor Adjunto de Religión Comparativa. Es autor de “Servants, Shophands and Laborers in in the Cities of Tokugawa Japan; Male Colors: The Construction of Homosexuality in Tokugawa Japan; and Interracial Intimacy in Japan: Western Men and Japanese Women, 1543-1900”. También colaboró con la implacable crónica de las guerras contra Irak, Afganistán y Yugoslavia de CounterPunch, “Imperial Crusades”.

Su correo es: gleupp@granite.tufts.edu

28.3.05 

Siria comienza la retirada militar del Este de Líbano, ocupado desde hace 13 años

El último atentado contra cristianos en Beirut reafirma a los libaneses contra la ocupación de Damasco.

Los soldados sirios levantaban los dedos en señal de la victoria, algunos sonreían y otros tan sólo miraban el suelo del camión verde que los llevaba de regreso a casa. Con los uniformes viejos y las botas gastadas, los soldados abandonaron ayer al menos seis puestos de control en suelo libanés cerca de la frontera. Es la primera retirada de tropas desde el Valle de la Bekaa hacia el interior de Siria tras 13 años de ocupación militar. Sin embargo, la población cristiana libanesa teme nuevos atentados contra sus negocios como el que se cobró tres vidas en Beirut la noche del sábado.

© Teresa Bó Enviada especial

Beirut- Allí, desplegados estratégicamente desde hace más de trece años, esperaban la orden final para salir del país. En medio de un sin fin de acusaciones sobre los atentados que han tenido lugar en la capital en los últimos días, este fin de semana el movimiento de tropas sirias fue evidente a pesar de que todavía no existe un plan concreto sobre cuando tendrá lugar el repliegue definitivo. La primera fase de la retirada siria de Líbano se completó el 17 de marzo, con el repliegue de 5.800 soldados sirios hasta la frontera o al Valle de la Bekaa, en el este. La segunda fase será decidida cuando un comité militar sirio-libanés se reuna en la primera semana de abril. El 5 de marzo pasado, el presidente sirio, Bashar al Asad, anunció en un discurso ante el Parlamento sirio el repliegue hasta la frontera de todas sus tropas presentes en Líbano, pero no fijó un calendario para una retirada total. «Esperamos las órdenes para volver a Siria» aseguraba en el valle de la Bekaa el General sirio Mohamed Azizi. «Estar aquí es casi como estar en casa», agregó con una sonrisa. Los vecinos del pueblo no opinan lo mismo. La bomba del sábado por la noche en Beirut contra intereses cristianos ha aumentado aún más las tensión en este país y no ha hecho más que recordar a la población su pasado violento. Allí, los cristianos no tardaron en condenar a Damasco a quien acusan de estar detrás de una campaña para amedrentar a la población y evitar que la oposición continúe con sus ataques contra el régimen de Asad.

Por la paz. En la misa de Pascua en la iglesia de Deir Mujalas en Jounieh, en las afueras de Beirut, los cristianos pidieron el fin de la violencia. El patriarca Nasrallah Butrous Sfeir, el líder espiritual de los maronitas, dijo durante la misa que hoy en día los libaneses deben elegir entre la libertad y la violencia. «Los atentados han puesto a la población ante una encrucijada. La independencia, la soberanía o la libertad, y esto es lo que la mayor parte de los libaneses quieren», dijo Sfeir.

En la calle Al Hamra, en el centro de la capital, los musulmanes condenaron los atentados y se solidarizaron con «los cristianos de todo el país». Zouheir Hamedi, hombre de negocios musulmán, también se mostró preocupado por la situación que vive el país. «La violencia nos afecta en todo. Aquí ya no nos importa si eres cristiano o musulmán. Si hay algo que hemos aprendido es a condenar la guerra», explicó a LA RAZÓN Hamedi. «Yo también quiero que Siria salga de este país. No quiero que nunca más nadie se mezcle en los asuntos de Líbano». Los miembros de la oposición acusaron al servicio de inteligencia libanés, apoyado por Damasco, de ser los inductores del ataque del sábado por la noche y aseguraron que ningún atentado terminaría con la campaña para que Siria salga de este país. El sábado la oposición también pidió la renuncia de los jefes de seguridad libaneses y una investigación seria sobre el asesinato del ex premier Rafiq Hariri.

La ONU investiga. Un informe de la ONU encontró serios fallos en la investigación y mencionó a Siria como uno de los responsables del atentado que mató a Hariri. Es más, acusa a Damasco de haber amenazado al multimillonario libanés.

En Beirut el cráter de diez metros que dejó la explosión continúa acordonado por la Policía mientras que la oposición acusa al Gobierno de encubrir a los verdaderos asesinos. Recientemente se ha descubierto que la bomba que le costó la vida al multimillonario fue colocada debajo del pavimento, tarea que, según la oposición, sólo puede haber ocurrido con la aprobación de los servicios secretos sirios o libaneses.

Data:2005-03-28
Font: LA RAZÓN DIGITAL
Datació: Beirut

25.3.05 

Una Revolución a la vuelta de la esquina

Piensen por un momento en la colosal maquinaria, de una envergadura, alcance y ramificación ya dificil de cuantificar, que hora tras hora, minuto a minuto, se encarga de recordar a todos los ciudadanos del mundo cuál es el camino, cuáles los límites y cuáles los deseos y anhelos de cada individuo.

Miles de cadenas de televisión, de emisoras de radio, de periódicos, revistas, carteles publicitarios y demás soportes comunicativos regurgitando sin cesar una misma consigna: no hagan nada / no hay nada que hacer / ya se hace por usted / entre tanto, si puede usted permitírse/o, entreténgase con el ocio de baratijas y necedades que se le ofrece a cambio.

Figúrense que, aun a pesar de ese permanente e indiscreto torrente apisonador de inercia descerebrada -aunque fundamental para mantener el status quo-, la gente, las personas, encuentran a diario, aunque de manera inconexa y a menudo con una amplitud de miras muy limitada, motivos para sospechar, para quejarse, para anhelar otra cosa, para desear, espoleados por algo muy al fondo de si mismos, otro mundo que se dice como por ensalmo. Sin embargo, la acción se hace frustrante, pues en sociedades tan complejas e hiperpobladas, cada individuo es un islote aislado y la único que une a todos, justamente, son las sefiales de humo en el horizonte de los medios de comunicación. Nadie, pues, percibe la fuerza potencial de un desencanto tan abrumadoramente universal. Precisamente para combatir esa tristeza desoladora que subyace por debajo de nuestra realidad, sonríen tan eufóricamente los empleados de la perseverante publicidad.

Traten de imaginarse, ahora, lo que podría suceder con nuestra malograda especie si, no se sabe bien cómo, esa proyección comunicativa de los medios se emplease, aunque fuera tan sólo por unos pocos días, en transmitir mensajes de cordura, de sensatez, de belleza libre y no instrumentalizada, de esperanza real y práctica de acabar con la miseria física y mental.

Un sólo minuto de estas emisiones tendría más fuerza y echaría más raíces en el imaginario colectivo que todo un año de la monocorde y necia rueda de molino habitual, pues seria algo así como hacer llegar un rayo de luz al que, exahusto y desesperado, ha desistido ya de cavar el túnel que tal vez la libere de la estancia estanca y oscura que ya ha sido asumida como prisión definitiva y espectral tumba.

Extraído de Redsistencia.

 

El Pentágono ha reconocido la deserción de 5.500 soldados estadounidenses en Iraq

"No lucharemos en una guerra inmoral e ilegal"
Doug Lorimer
Green Left Weekly (/), 16 de marzo de 2005
IraqSolidaridad (www.nodo50.org/iraq), 22 de marzo de 2005
Traducción para IraqSolidaridad de Beatriz Morales

"Aunque no hay tantos desertores y soldados en contra de la guerra de Iraq como en el momento de más fuerza del movimiento estadounidense contra la Guerra de Vietnam a principios de los setenta, los soldados y sus familias se están organizando en contra de esta guerra mucho antes de lo que los hicieron sus homólogos durante la Guerra de Vietnam."

El pasado 25 de febrero, funcionarios del Ejército estadounidense en Fort Steward, Georgia, anunciaron que el sargento Kevin Bendeman, un mecánico de cuarenta años que se negó a ser enviado a Iraq para un periodo de servicio, será sometido a un Consejo de Guerra acusado de deserción. En caso de ser declarado culpable puede ser condenado hasta a siete años de cárcel.

Tras haber servido diez años en el Ejército estadounidense, Bendeman no tomó el vuelo del despliegue a Iraq de su unidad del día siete de enero [de 2005]. Diez días antes había anunciado a su comandante que estaba pensando obtener una baja como objetor de conciencia, alegando que, tras haber servido ocho meses en Iraq en 2003, se había vuelto contrario a la guerra.

"Ausentes sin permiso"

Benderman se une al creciente grupo de militares [estadounidenses] que protestan contra la guerra de Iraq negándose a cumplir órdenes, convirtiéndose en "ausentes sin permiso", huyendo a Canadá o explicando su situación. El 8 de diciembre, CBS News informaba de que el Pentágono había admitido que desde que empezó la guerra en Iraq habían desertado al menos 5.500 miembros del personal militar. Steve Morse del GI Rights Hotline ["Línea de atención a los derechos de soldados"], afirma que el número de llamadas que han recibido ha pasado de 17.000 en 2001 a más de 32.000 en 2004, aproximadamente [de las cuales] el 38% corresponden a soldados que están "ausentes sin permiso" o pensando desertar: "Muchos no desertan a la ligera y querrían trabajar por el bien del país. Pero se dan cuenta de lo que está ocurriendo y no pueden hacerlo", señaló Morse el 20 de febrero al [diario] St. Louis-Post Dispatch.

Esto es lo que llevó a desertar al soldado estadounidense veterano de 39 años Carl Webb: " Si creo estar en el lado equivocado no quiero matar. Esta es una guerra por el petróleo y los beneficios", declaró al St. Louis-Post Dispatch. En paro y bajo la amenaza de ser expulsado de su casa en Austin, Texas, Webb se alistó a la Guardia Nacional de Texas en 2001, después de estar siete años alejado del Ejército. Esperaba servir sólo tres años. Pero en julio de 2004, a falta solamente de dos meses para terminar su periodo de servicio, los militares le dijeron que tenía que servir 525 días más bajo el programa Stop-loss ["Acabar con las pérdidas"] y que su unidad se iba a desplegar a Iraq.

El programa Stop-loss, que apareció por primera vez a principios de los noventa durante la primera Guerra del Golfo, impide que los soldados estadounidenses preparados para ser desplegados en Iraq o Afganistán se licencien una vez cumplido su servicio. "Esta política es prácticamente un reclutamiento obligatorio no oficial", afirmó Webb el 10 de febrero al semanario Workers World: "Se trata de un servicio militar obligatorio en contra de la voluntad de una persona".

Webb afirmó que había descartado tratar de obtener el estatuto de objetor de conciencia porque no reunía los requisitos solicitados por los militares para obtener dicho estatuto -básicamente, oposición a todas la guerras: "No soy pacifista. [...] Me niego a ir a la guerra [de Iraq] porque creo que EEUU no está actuando correctamente. Creo que esta guerra no es para liberar al pueblo [iraquí], sino para oprimirlo".

Cuando en agosto su unidad de la Guardia Nacional le anunció que empezaba la instrucción, Webb no acudió. Lo mismo hizo cuando su unidad partió a Iraq en enero. Ahora es un fugitivo y se ha expedido una orden federal de arresto contra él. "Mi caso es diferente del de otros soldados que han desertado, ya sea simplemente porque no quieren ir o porque creen que este procedimiento Stop-loss es ilegal, declaró Webb a Workers World:

"Le digo a la gente que aunque no hubiera este procedimiento [del programa] Stop-loss, aunque el gobierno [de EEUU] no actuara de forma ilegal al utilizar a los reservistas, a la Guardia Nacional y a los jubilados como está haciendo, yo seguiría oponiéndome a la guerra. No creo que importe en qué tipo de servicio estás, ya sea en la reserva, la Guardia Nacional o el Ejército: creo que todo el personal militar debería negarse a luchar en esta guerra del imperialismo."

El testimonio de Mejía

Un soldado contrario a la guerra que ha atraído la atención internacional es el sargento de 28 años Camilo Mejía, que fue puesto en libertad el 15 de febrero [de 2005] después de ser condenado a un año de prisión militar por negarse a volver a Iraq. Mejía entro en el Ejército estadounidense en 1995. Tras un periodo de tres años en el Ejército regular, ingresó en la Guardia Nacional de Florida, en parte porque se le había prometido una ayuda para matricularse en la Universidad Pública de Florida.

La unidad de la Guardia Nacional de Mejía fue llamada al servicio activo en enero de 2003 y desplegada en Iraq en abril de 2003. Estuvo seis meses combatiendo en Iraq y volvió a EEUU con un permiso de dos semanas. En marzo de 2004 acudió al Ejército y rellenó una solicitud de estatuto de objetor de conciencia, declarando que su experiencia en Iraq le había convencido de que la guerra era ilegal e inmoral. "La justificación de esta guerra es el dinero y ningún soldado debería ir a Iraq y dar su vida por petróleo", declaró Mejía en la página web en contra de la guerra Citizen Soldier ["Ciudadano soldado"], cuya base está en Nueva York. Y añadió:

"He sido testigo del sufrimiento de un pueblo cuyo país está en ruinas y que está siendo humillado aún más por las incursiones, las patrullas, los toques de queda de un ejército de ocupación. Mi experiencia en esta guerra me ha cambiando para siempre.

"Uno de nuestros sargento disparó a un niño que llevaba un rifle AK-47. Los otros dos niños que iban con él salieron corriendo cuando el niño herido empezó a arrastrarse tratando de salvar la vida. Un segundo disparo lo detuvo, aunque seguía con vida. Cuando un iraquí trató de llevarlo a un hospital civil, unos médicos armados de nuestra unidad le interceptaron e insistieron en llevar al chico a un complejo militar. Allí se le negó asistencia médica porque se suponía que una unidad diferente iba a tratar a los heridos de nuestra unidad. El chico murió después de que otra unidad se negara a tratarlo.

"Otra vez mi sección actúo ante una protesta civil en Ramadi que se había vuelto violenta. Mi cuadrilla tomó una posición defensiva en un tejado después de que algunos de los manifestantes empezaran a arrojar granadas contra el despacho del comandante. Se nos ordenó que disparáramos a cualquiera que arrojara cualquier cosa que pareciera una granada. Un joven iraquí que llevaba algo en la mano derecha salió de entre la multitud. Nada más arrojar lo que llevaba, todos nosotros abrimos fuego contra él y lo matamos. Resulto que el objeto que llevaba era una granada que explotó lejos de todos. Sé que el hombre al que matamos no tenía posibilidad alguna de herirnos -estaba demasiado lejos. El jefe de mi sección nos dijo más tarde que en la misma protesta habíamos matado a otros tres iraquíes, aunque yo no los vi morir.

"El volver a casa de permiso en octubre de 2003 me dio la oportunidad de ordenarme las ideas y de escuchar a mi conciencia. La gente me iba a preguntar por mi experiencia en la guerra y el hecho de responderles me hizo volver a todos los horrores: los tiroteos, las emboscadas, la vez en que vi a un joven iraquí arrastrándose de espaldas en medio de un charco de su propia sangre, la vez en que un hombre fue decapitado por el fuego de nuestra ametralladora y la vez en que mi amigo disparó a un niño en el pecho.

"El volver a casa me proporcionó la claridad para ver la línea que hay entre el deber militar y la obligación moral. Mis sentimientos en contra de la guerra me dictaron que ya no podía seguir formando parte de ella. Actuar según mis principios se hizo incompatible con mi papel en el ejército y al deponer las armas elegí reafirmarme como ser humano."

De Vietnam a Iraq

Aunque no hay tantos desertores y soldados en contra de la guerra [de Iraq] como en el momento de más fuerza del movimiento estadounidense contra la Guerra de Vietnam a principios de los setenta, los soldados y sus familias se están organizando en contra de esta guerra mucho antes de lo que los hicieron sus homólogos durante la Guerra de Vietnam [1].

Así, en julio de 2004 se fundó Veteranos de Iraq Contra de la Guerra, un año y un poco más después de que empezara la guerra; [por el contrario] Veteranos de Vietnam Contra de la Guerra se fundó en abril de 1967, unos cinco años después de que empezara oficialmente la Guerra de Vietnam. Y a diferencia de lo que ocurrió durante la Guerra de Vietnam, las familias de los soldados han estado en la primera línea de las manifestaciones en contra de la guerra de Iraq. Más de 2.000 pertenecen ya a Military Families Speak Out [Familiares de los Soldados Hablan Claro], que se formó en noviembre de 2002, cuatro meses antes de que EEUU invadiera Iraq.

Stan Goff, un ex soldado de carrera de las Fuerzas Especiales estadounidenses, cuyo hijo es mecánico del Ejército en Iraq, ha desempeñado un papel relevante en la organización de las familias de militares en contra de la guerra por medio del movimiento Bring Them Home Now! [Retorno a Casa de las Tropas, ¡Ya!]. "No estamos diciendo que vuelvan las tropas a casa porque estén sufriendo penalidades y estén en peligro", declaró Goff a la revista These Times en septiembre de 2003, "[l]a mayoría de los soldados saben que las penalidades y el peligro forman parte de su trabajo. Lo que decimos es que vuelvan la tropas porque se enfrentan a penalidades y peligro en una guerra que es inmoral e ilegal".

Notas de IraqSolidaridad:

1. Medios de comunicación estadounidenses recogían recientemente el dato de un descenso del alistamiento en el Ejército y la Guardia Nacional asociado a la guerra de Iraq, particularmente entre las mujeres y los afro-americanos, así como el hecho de que EEUU esté al límite de su capacidad de despliegue militar en el exterior a consecuencia del conflicto iraquí (véase particularmente el artículo publicado en Washington Post : "Two Years Later, Iraq War Drains Military", de Ann Scott Tyson, el 19 de marzo de 2004).

22.3.05 

Lo último acerca de Aznar internacionalmente

Zapatero acusa al Gobierno de Aznar de hacer un «borrado masivo» de la información del 11 al 14 de marzo

Efe - Madrid.-

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que toda la información relativa a los días 11 al 14 de marzo que debía existir en Presidencia de Gobierno desapareció a causa de un «borrado masivo» ordenado por el anterior Ejecutivo, quien dejó la cuenta sin abonar. En la Presidencia del Gobierno «no había un sólo papel, ni un sólo dato en soporte informático; absolutamente nada en el Gabinete de la Presidencia porque se produjo un borrado masivo de todo», afirmó Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados ante la comisión de investigación sobre el 11-M.

El Jefe del Ejecutivo recordó que, en su intervención ante dicha comisión, el anterior presidente del Gobierno, José María Aznar, explicó que «había tenido innumerables conversaciones con el director del CNI aquella mañana, por tanto que recibió mucha información». «Pues bien, de esa información el presidente del Gobierno no ha encontrado constancia de nada en la Presidencia de Gobierno», dijo Zapatero, provocando que el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, le interrumpiera asegurando que «porque no existe, no existe; pero es muy fácil ir a los archivos del CNI».

En respuesta, Rodríguez Zapatero se limitó a poner sobre la mesa una pila de documentos que, según dijo, eran «toda la documentación recopilada» por la secretaría general del PSOE del 11 al 14 marzo, «todas las comunicaciones, todos los análisis, todos los mensajes que se enviaron y las circulares que se remitieron». Por contra, subrayó que «de lo que pasó, se actuó, informó» en Moncloa; «notas que pudieron recibirse, reuniones que se celebraron, actas o decisiones no hay del 11 al 14 de marzo nada en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno». Los anteriores inquilinos del Palacio de la Moncloa «sólo dejaron las facturas del borrado masivo para ser abonadas por la Administración Pública», aseguró Rodríguez Zapatero mostrando una nota de la subdirección general de informática, «que es la que textualmente habla de borrado masivo», precisó.

Además, Zapatero acusó al anterior Ejecutivo de haber practicado un «engaño masivo» desde la misma tarde del 11-M, ya que aseguró que tras la aparición de la furgoneta en Alcalá de Henares, «sólo hubo una línea de investigación», la que conducía al terrorismo islamista. «Nunca hubo una línea de investigación que apuntara a ETA», dijo Zapatero en respuesta al portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, a quien dijo que la única hipótesis de trabajo no la ordenó nadie sino que la establecieron los propios hechos. El jefe del Ejecutivo, quien subrayó que la manera en la que apareció el citado vehículo «tenía todas las características de una reivindicación clarísima» por parte de terroristas islamistas, insistió ante la comisión 11-M en que no había ningún elemento que apuntase a ETA y, pese a ello, el Gobierno del PP decidió mantener esa tesis abierta a través de las declaraciones de sus dirigentes.

Por otra parte, Zapatero reprochó al PP su «irresponsabilidad» por acusar al Gobierno de no investigar el 11-M, y parafraseó a su antecesor José María Aznar al decir que sus autores no están en desiertos ni montañas, sino «en Lavapiés, Leganés y Morata de Tajuña».

Ante la comisión, Rodríguez Zapatero acusó al PP de haber pasado del «engaño» a un intento de «confusión masiva», que, a su juicio, constituye una «irresponsabilidad grave», como lo es también, en su opinión, la afirmación que hizo Aznar ante los propios comisionados de que sus autores intelectuales no están en montañas ni desiertos lejanos. «Es verdad, ni en montañas ni en desiertos, los autores estaban en Lavapiés, en Leganés, y en Morata de Tajuña», aseveró el presidente del Gobierno, en referencia a los lugares de Madrid donde fueron detenidos o murieron los presuntos terroristas.

Además, hizo notar que «si alguien pone en duda algo en relación con los autores es que puede tener datos sobre los autores, y si tiene datos lo que tiene que hacer es acudir al juzgado», y advirtió que, si su pretensión es generar confusión, «que vaya a generar confusión a otro sitio porque los ciudadanos se merecen el esfuerzo de responsabilidad de todos».

Rodríguez Zapatero defendió las indagaciones efectuadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado, cuyo papel elogió especialmente, y destacó que todas ellas concluyen por un lado que la autoría del 11-M es exclusivamente obra de radicales islamistas y por otro que no existe relación alguna entre sus responsables y ETA. El secretario general socialista hizo estas consideraciones durante el largo interrogatorio al que fue sometido en la comisión de investigación del Congreso por parte del portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, después de que le preguntara si iba a impedir que se cerraran las indagaciones parlamentarias.

En su intervención inicial, el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó hoy la «insidia» de que los atentados del 11-M influyeron en el voto, atribuyó toda la responsabilidad de la acción terrorista a los islamistas radicales y propuso iniciativas como un pacto de Estado contra el terrorismo internacional que ampliará a la UE.

Tras recordar que ha habido quien ha atribuido un sentido u otro a los atentados del 11 de marzo, dijo que los terroristas «golpearon en el país más estéril de la tierra para sus ambiciones y a los ciudadanos más vacunados en el mundo contra sus métodos».

El único efecto que atribuyó a sus bombas fue «sobre la carne y el acero», no sobre la libertad y el espíritu de los españoles, en referencia a las elecciones del 14 de marzo. «Conociendo a nuestro pueblo, es inconcebible que alguien pueda imaginar que los ciudadanos se plegaron a las supuestas intenciones de los terroristas», añadió Zapatero, quien dijo que «es posible que, en otras latitudes, opiniones públicas poco informadas puedan creerlo, pero es imposible que, de buena fe, un español pueda sostener esos argumentos». Para Zapatero, «es brutal e inaceptable» añadir a la humillación de haber sido burlados en la seguridad y al dolor de las muertes, «la infamia de calificar de cobarde a un pueblo valiente».

Al hilo de ello, planteó una pregunta sobre «quiénes han ido con el cuento de nuestra cobardía y docilidad a los gobernantes y opiniones públicas de otros países» y, frente a ello, destacó el ejemplo dado por los españoles, quienes aseguró que no se amedrentaron y salieron sin miedo a la calle a manifestarse. Por ello, calificó de «indecente» la versión de que los españoles se acobardaron ante el terrorismo y pidió que nadie tergiverse la Historia ni ofenda con «insidias e insinuaciones».

Zapatero subrayó que su objetivo es que se conozca toda la verdad de lo sucedido, «la verdad de los hechos, no de las opiniones», e intentar evitar nuevos atentados, y destacó su idea de que la lucha antiterrorista debe ser la prioridad absoluta de toda acción de Gobierno. Por ello, explicó que propuso el Pacto Antiterrorista, del que destacó su utilidad, y su deseo de que las fuerzas políticas no integradas pero comprometidas contra el terrorismo en él reciban información de la lucha contra esa lacra. El presidente del Gobierno subrayó que todas las fuentes de la investigación sobre el 11-M, a las que elogió por su labor, demuestran que «la preparación, la autoría y la responsabilidad de los atentados corresponden en exclusiva al terrorismo internacional de tipo islamista radical».

Esa cree que es la conclusión «cierta y segura» de las investigaciones de la Audiencia Nacional, las Fuerzas de Seguridad del Estado, las instituciones penitenciarias y los servicios de información, así como de los países que están colaborando con España en la investigación, entre los que destacó especialmente a Marruecos. «El atentado del 11-M fue ideado, planificado y cometido por el mismo terrorismo asesino que ideó, planificó y cometió los atentados del 11 de septiembre de 2001 (en Nueva York), del 12 de octubre de 2002 en Bali que costó 180 muertos, del 16 de mayo de 2003 contra la Casa de España en Casablanca y del 15 de noviembre de 2003 en Estambul que costó 32 muertos», aseguró Zapatero. El jefe del Ejecutivo anunció un paquete de medidas para mejorar la lucha contra el terrorismo y, en ese contexto, anunció la reforma de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de 1986 con la finalidad de «adaptarla a los tiempos actuales» y mejorar su «operatividad».

Las iniciativas que expuso pretenden hacer frente a la desprotección ante la amenaza del terrorismo islamista, que consideró que había sido «subestimada» y ante la que cree que España está hoy mejor preparada. El presidente del Gobierno destacó que un instrumento «imprescindible es la unidad de los ciudadanos libres, de los partidos y fuerzas políticas, organizaciones sociales y todas las instituciones».

En consecuencia, propuso a todas las fuerzas parlamentarias un pacto de Estado contra el terrorismo internacional que sirva de «catalizador y modelo» para la comunidad internacional y, en especial para la UE. Por ello, anunció que planteará un pacto de estas características en el Consejo Europeo que esta semana reunirá en Bruselas a los jefes de Estado o de Gobierno de los Veinticinco. El jefe del Ejecutivo señaló que los españoles llevan treinta años sufriendo el mismo dolor procedente «de otras manos» (en alusión a ETA) y han aprendido a resistir, mientras que los terroristas han aprendido que sus acciones son inútiles.

Tras afirmar que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están realizando la investigación con eficacia, «al margen de contadas excepciones», Zapatero recordó algunas de las medidas tomadas hasta el momento desde el Ejecutivo, como la de aumentar en 150 agentes en Policía Nacional y otros tantos en Guardia Civil así como en el CNI para la lucha contra dicho terrorismo internacional, además de contratar 40 nuevos traductores, algo que señaló se quiere ampliar en cifras similares el año que viene. Asimismo, señaló que de cara al futuro está prevista la formación de 1.600 agentes de la Guardia Civil para hacer frente a la amenaza nuclear, química y bacteriológica.

También recordó la puesta en marcha de un Centro Nacional de Coordinación antiterrorista para atajar la descoordinación entre fuerzas policiales, y la idea de creación de una Base de Datos común y de acceso compartido entre las citadas fuerzas policiales. Señaló, además, que se investigará con más eficacia lo relativo al blanqueo de dinero para la financiación de actividades terroristas, y que se han tomado y seguirán tomando iniciativas en materia de tenencia y uso de explosivos, con la revisión del Código Penal en ese aspecto según lo aprobado en un Consejo de Ministros de hace semanas.

Añadió que esa reforma no será la única relevante, dado que también está previsto en esta legislatura la modificación de la Ley orgánica de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para adaptar la legislación «a los tiempos» actuales y «asegurar la coordinación» entre los mismos. Entre los datos aportados por Zapatero de las investigaciones policiales y de servicios de información como el CNI figura el de 280 teléfonos marroquíes y 363 españoles identificados como contactados por personas relacionadas con los atentados del 11 de marzo.
Fecha:2004-12-13
Fuente:© LA RAZÓN DIGITAL (www.larazon.es)
Datación:Madrid

 

Acusado Aznar de tergiversar informes para justificar guerra en Iraq
12 de agosto del 2003

El jefe del gobierno español, José María Aznar, "tergiversó" un informe de los inspectores de armas de las Naciones Unidas, al dar como un hecho que Iraq tenía armamento de destrucción masiva, denunció este lunes el diario El País.

"La obligación de (Saddam) Hussein es el desarme de las armas de destrucción masiva que posee, utilizó y utilizará si no se remedia", aseguró Aznar en una comparecencia ante el Congreso el 5 de febrero pasado para justificar la participación de España en la guerra, informó Notimex.

El gobernante presentó un inventario de armas, al señalar que -según un informe de los inspectores- Iraq "posee tres mil toneladas de precursores químicos, 300 toneladas de agentes químicos en bruto, 30 mil municiones especiales para guerra química y biológica". Además de tubos, calibradores y centrifugadora para construcción de armas nucleares, mil toneladas de agentes químicos como gas nervioso VX, seis mil 500 proyectiles para carga química, ocho mil 800 litros de ántrax y 380 propulsores de misiles con químicos.

De acuerdo con el rotativo, dichas armas fueron mencionadas en un reporte presentado en enero de 1999 por el entonces jefe de inspectores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Iraq, Richard Butler, pero como "pendientes de justificar".

Nueve días antes del discurso de Aznar ante el Congreso, el mismo jefe de inspectores, Hans Blix, señaló que dichos informes "no sostienen que las armas de destrucción masiva permanezcan en Iraq, pero tampoco excluyen tal posibilidad, recordó el matutino. Agregó que el jefe del gobierno español no sólo "tergiversó" el contenido de los informes de los inspectores, sino que trató de demostrar que las armas de destrucción amenazaban a España, "lo que justificaría la posición adoptada por el gobierno".

En el documento "Crisis de Iraq: argumentario por la paz y la seguridad", entregado a la cúpula militar española, el gobierno aseguró que las armas iraquíes "son una amenaza y un riesgo claro para la paz y la seguridad de todos, incluyendo España".

"La utilización de estas armas por el terrorismo internacional es cuestión de tiempo", indicó el texto y agregó que la comunidad internacional y España "no pueden esperar a las consecuencias de los incumplimientos futuros de Hussein".

De acuerdo con el rotativo, el objetivo de este documento era que fuera repetido por los miembros de la cúpula castrense en caso que tuvieran que dar declaraciones.

El gobierno español hasta ahora había estado al margen de los escándalos desatados en Reino Unido y Estados Unidos por la tergiversación de informes de inteligencia sobre las presuntas armas de destrucción masiva iraquíes.

Tras los escándalos en Londres y Washington, Aznar argumentó que su respaldo a la ofensiva contra el régimen de Hussein no se basó en reportes de los servicios de inteligencia, sino en los informes de los inspectores de armas de las Naciones Unidas en Iraq.

 

Bono asegura ahora que es tan miserable llamarle «asesino» a él como decírselo a Aznar tras el 11-M

Redacción
Madrid- La agresión a José Bono el pasado sábado en la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo ha dado pie a distintas declaraciones, entre ellas, la del propio ministro. José Bono, ministro de Defensa. «Los violentos no nos quieren ver juntos contra ETA». Bono, afirmó ayer que considera «una anécdota» el que fuera agredido e insultado y añadió que «lo importante es destacar que, pese al nivel de agresividad y fanatismo, tenemos que estar juntos». Aseguró, además que es tan miserable usar el adjetivo de «asesino» con él mismo como con Aznar, tras los atentados de Madrid del 11 de marzo.

Pilar Manjón, Portavoz de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. «Si hubiera estado en la manifestación, ya dudo de que no me hubiera ocurrido lo mismo que al ministro». Manjón señaló, que el sábado se encontraba de vacaciones fuera de España, pero que, de haber estado en Madrid, se habría pensado el acudir, ya que se convirtió en «protagonista» del acto sin estar presente, en alusión a que alguno de los manifestantes pudo corear lemas en su contra.

Rosa Díez, eurodiputada socialista. «Las críticas procedían de un grupo de gente que había asistido con la intención de reventar la marcha». Díez añadió que «haríamos un mal servicio a las víctimas si acabamos creyendo que son manipuladas, las víctimas son víctimas, pero también personas inteligentes, serias y rigurosas que a lo largo de la historia lo han demostrado».

Ana María Vidal Abarca, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. «Hay que dejar la política a los políticos y seguir trabajando juntos por las víctimas».Vidal Abarca consideró «una pena» que se estén dando tensiones entre las asociaciones y ha asegurado que «todo tiene solución» y que lo que hay que hacer es «ponerse a la tarea».

Fernando Savater, filósofo. «Qué está pasando últimamente en las manifestaciones, que terminan en altercados y con cierta manipulación». Pidió respeto hacia las víctimas y que no se utilicen como «moneda de cambio».

Fecha:2005-01-25
Fuente:© LA RAZÓN (www.larazon.es)
Datación:Madrid

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