Siria comienza la retirada militar del Este de Líbano, ocupado desde hace 13 años
El último atentado contra cristianos en Beirut reafirma a los libaneses contra la ocupación de Damasco.
Los soldados sirios levantaban los dedos en señal de la victoria, algunos sonreían y otros tan sólo miraban el suelo del camión verde que los llevaba de regreso a casa. Con los uniformes viejos y las botas gastadas, los soldados abandonaron ayer al menos seis puestos de control en suelo libanés cerca de la frontera. Es la primera retirada de tropas desde el Valle de la Bekaa hacia el interior de Siria tras 13 años de ocupación militar. Sin embargo, la población cristiana libanesa teme nuevos atentados contra sus negocios como el que se cobró tres vidas en Beirut la noche del sábado.
© Teresa Bó Enviada especial
Beirut- Allí, desplegados estratégicamente desde hace más de trece años, esperaban la orden final para salir del país. En medio de un sin fin de acusaciones sobre los atentados que han tenido lugar en la capital en los últimos días, este fin de semana el movimiento de tropas sirias fue evidente a pesar de que todavía no existe un plan concreto sobre cuando tendrá lugar el repliegue definitivo. La primera fase de la retirada siria de Líbano se completó el 17 de marzo, con el repliegue de 5.800 soldados sirios hasta la frontera o al Valle de la Bekaa, en el este. La segunda fase será decidida cuando un comité militar sirio-libanés se reuna en la primera semana de abril. El 5 de marzo pasado, el presidente sirio, Bashar al Asad, anunció en un discurso ante el Parlamento sirio el repliegue hasta la frontera de todas sus tropas presentes en Líbano, pero no fijó un calendario para una retirada total. «Esperamos las órdenes para volver a Siria» aseguraba en el valle de la Bekaa el General sirio Mohamed Azizi. «Estar aquí es casi como estar en casa», agregó con una sonrisa. Los vecinos del pueblo no opinan lo mismo. La bomba del sábado por la noche en Beirut contra intereses cristianos ha aumentado aún más las tensión en este país y no ha hecho más que recordar a la población su pasado violento. Allí, los cristianos no tardaron en condenar a Damasco a quien acusan de estar detrás de una campaña para amedrentar a la población y evitar que la oposición continúe con sus ataques contra el régimen de Asad.
Por la paz. En la misa de Pascua en la iglesia de Deir Mujalas en Jounieh, en las afueras de Beirut, los cristianos pidieron el fin de la violencia. El patriarca Nasrallah Butrous Sfeir, el líder espiritual de los maronitas, dijo durante la misa que hoy en día los libaneses deben elegir entre la libertad y la violencia. «Los atentados han puesto a la población ante una encrucijada. La independencia, la soberanía o la libertad, y esto es lo que la mayor parte de los libaneses quieren», dijo Sfeir.
En la calle Al Hamra, en el centro de la capital, los musulmanes condenaron los atentados y se solidarizaron con «los cristianos de todo el país». Zouheir Hamedi, hombre de negocios musulmán, también se mostró preocupado por la situación que vive el país. «La violencia nos afecta en todo. Aquí ya no nos importa si eres cristiano o musulmán. Si hay algo que hemos aprendido es a condenar la guerra», explicó a LA RAZÓN Hamedi. «Yo también quiero que Siria salga de este país. No quiero que nunca más nadie se mezcle en los asuntos de Líbano». Los miembros de la oposición acusaron al servicio de inteligencia libanés, apoyado por Damasco, de ser los inductores del ataque del sábado por la noche y aseguraron que ningún atentado terminaría con la campaña para que Siria salga de este país. El sábado la oposición también pidió la renuncia de los jefes de seguridad libaneses y una investigación seria sobre el asesinato del ex premier Rafiq Hariri.
La ONU investiga. Un informe de la ONU encontró serios fallos en la investigación y mencionó a Siria como uno de los responsables del atentado que mató a Hariri. Es más, acusa a Damasco de haber amenazado al multimillonario libanés.
En Beirut el cráter de diez metros que dejó la explosión continúa acordonado por la Policía mientras que la oposición acusa al Gobierno de encubrir a los verdaderos asesinos. Recientemente se ha descubierto que la bomba que le costó la vida al multimillonario fue colocada debajo del pavimento, tarea que, según la oposición, sólo puede haber ocurrido con la aprobación de los servicios secretos sirios o libaneses.
Data:2005-03-28
Font: LA RAZÓN DIGITAL
Datació: Beirut