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18.3.07 

EDUCACIÓN, CAPITAL Y BUROCRACIA


Eduardo José Alvarado Isunza.
ealvaradois@yahoo.com

Una pieza de retórica muy usada por la burocracia es el de educación. Conforme a su característico cinismo dicen a una masa, cada vez más acrítica, fetichista y desinformada, que uno de sus principales compromisos es el educativo.

Por todos los medios nos meten el sofisma de que hay pobreza porque falta educación; y entonces hay que tener educación para salir de la pobreza. Molesta cancioncita esa que hace creer que somos pobres por analfabetos.

Quieren esconder el verdadero núcleo de la cosa. Somos millones de pobres en un país con una de las economías más ricas del planeta, porque esa pobreza está en relación con el sistema de acumulación y no con lo educativo.

De verdad que aquí no hace falta tener conocimiento filosófico, científico o tecnológico. Ni menos ser enciclopedia ambulante. Para dejar de ser pobre hay que ser delincuente, sea de cuello blanco o cualquier bateador de barrio.

Otro recurso empleado casi por cuantos ocupan una posición en la retorcida jerarquía burocrática es el del amafamiento o gangsterización. Llegan a un puesto porque sirven leal y servilmente a los intereses de la mafia.

Es puro cuento ese discurso de la burocracia, porque en realidad no les preocupa ofrecer un servicio educativo democrático, científico y de buena calidad a esa masa miserable, que en nuestro país suma millones de personas.

Fiel vasalla de grupos económicos poderosos o ella misma integrada hoy por miembros de poco seso de esos mismos grupos, a dicha burocracia sólo interesa sobrevivir del presupuesto público, pegada como parásito.

Como ese regimiento intelectual del que ya hablaban con perversidad los romanos, doscientos años antes de nuestra era, esa burocracia cumple disciplinadamente su función en el sistema de la acumulación capitalista.

Su función no es ofrecer educación. Ni saben qué cosa es eso. Su función es mantener parada esa tragicomedia. Tragedia porque destazan espíritus de niños y jóvenes. Comedia porque a veces dicen o hacen cosas para carcajear.

Claro que para mejorar ese servicio educativo a los hijos de esa misma masa miserable es indispensable invertir mucho más dinero y hacer más inversiones en infraestructura. Y también diseñar otras políticas educativas.

Pero para que un servicio a que constitucionalmente está obligado el Estado sea distinto a lo que padecemos, debe tenerse principalmente una concepción distinta de la sociedad y claro que también de lo educativo.

Sería cosa diferente si viviésemos en una sociedad verdaderamente democrática y no en este engendro malhecho que nos quieren mostrar como "democracia". Tampoco hay que hacernos muchas ilusiones.

A mí no me juegan el dedo en la boca de que en este sistema, basado en la enajenación del trabajo y en la enajenación de la conciencia, sea posible pensar en una relación democrática. Quién sabe si a ustedes.

Si fuese así nomás sería otra la relación entre quien manda y quien obedece, quien es dueño del capital y quien sólo tiene su fuerza física o intelectual para sobrevivir. Y esto es independiente del género.

A propósito para quienes estudian esa cosa del "genero" les diré que para el capital es exactamente lo mismo exprimir hasta el tuétano de los huesos a niños, niñas, hombres y mujeres. Aquí todo es igualmente explotable.

Es tan grosero ese manoseo del discurso democrático (y como decimos también del discurso educativo) que llegan a extremos de cinismo hasta para pervertir la más respingada teoría científica de la administración.

Ustedes saben bien mis estimados empresarios, administradores, burócratas, políticos o educadores que la última moda nos trajo eso que se conoce con el extravagante nombre de "planeación estratégica".

Trata de construir objetivos y buscar obtenerlos a partir del consenso de cuantos hay en una organización. Es parte de una visión "sistémica" con miras productivas y de bienestar para cuantos integran organizaciones.

Uno de sus aspectos conocidos es el exteriorizado con designaciones como: "visión" y "misión". Es tanta la desfachatez de quienes mandan en una organización, que en una servilleta elaboran sus conceptos.

Ordenan publicarlos enseguida como cuando un señor feudal dictaba sus decretos y hacía saberlos al pueblo. Así pasa porque la democracia no es el entorno de un sistema cuya autopoiésis es la destrucción de cuanto existe.

Digo esto para mostrar como lo "democrático" no es sino rollo. Igual sucede con lo "educativo". Eso que las burocracias parasitarias y sus patrones dueños del capital hablan de "educativo" es puro cascarón del huevo.

En el escenario más ideal podrían aumentar sus inversiones en infraestructura y hasta en sueldos de sus legiones magisteriales, igualmente corrompidas, y no mejorará ese servicio a la masa miserable del país.

Cuando mucho sería tragicomedia de mejor calidad. O sea, ya no sería una función rascuache debajo de una carpa garrienta, sino en un teatro más emperfumado. Pero tragicomedia al fin.

Decir "educación" no es hablar de una cosa existente en estado de naturaleza. Que sepa nadie ha encontrado el árbol o la bestia que se llame "educación". Por tanto, estamos ante una construcción o hechura humana.

Si convenimos en eso, no veo por qué no aceptar que son los propios sistemas humanos quienes dan sentido y cuerpo a eso que llamamos "educación".

Entonces aceptemos que eso a que damos por nombre "educación" en el capitalismo, un sistema autosubsistente en la destrucción de cuanto existe, incluso él mismo, es su propia referenciación.

Por no decir "conciencia" porque eso nos llevaría a mostrar que el capitalismo "no tiene conciencia". Si la tuviese no habría niños, niñas, hombres y mujeres que sufren crueldad. Ni el planeta fuese este cochinero que es.

Si pensáramos que lo "educativo" fuese el espacio donde podría aspirarse a la "autorregulación" y al "autogobierno" de una "conciencia juiciosa", sencillamente el sistema del capitalismo
estaría acelerando su destrucción.

Esa "educación en el capitalismo" está dirigida a atontar masa y no a producir conocimiento. "Producir conocimiento" no es nomás hacer más máquinas y herramientas, como quiere el sistema de la mercancía.

Si es "conocimiento" tiene que ser necesariamente una especie de insight o engrama entre colectivos de estudiantes, más como consecuencia de una educación filosófico, científica y democrática, que de este engendro.

San Luis Potosí, S.L.P., a 15 de Marzo del 2007.

muy buen punto...

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