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3.4.05 

Masonería y Opus Dei

Texto por el colectivo Rebelión de los 33.

Charla leída por el Ven:. H:: Jorge Eliécer Salazar Avenia en la Ten:. Ord:. y de calendario de la Resp:: Log:: Unión No. 9, Jurisdiccionada a la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia con Sede en Cartagena el día 1 de agosto de 1999 ).

REFERENCIA HISTÓRICA

El Opus Dei fue fundado por Josemaría Escrivá de Balaguer en Madrid el 2 de octubre de 1928, aunque en ese momento solo se llamó la "Obra". Su pretensión de denominarla "La Obra de Dios " - Opus Dei - sólo se concretó el 14 de febrero de 1930, cuando dijo que recibió directamente el mensaje desde la divinidad.

En sus inicios el Opus Dei dirigió sus trabajos a los enfermos de los hospitales y los pobres, y fue rápidamente extendiéndose a distintas actividades sociales y económicas. Igualmente en 1930, Escrivá acepta que el Opus Dei está dirigido también a la mujer y dentro de su membrecía se abre una categoría especial para las mujeres aunque básicamente está conformada, por varones, en la medida en que su cúpula de poder y mando está formada por religiosos y clérigos.

Desde 1933 incursionó en la educación y a través de la Academia DYA comenzó su trabajo en este campo en Madrid. Como lo dicen sus propios reglamentos, la misión de la Academia, es la de dar formación religiosa y enseñar el mensaje del Opus Dei entre la juventud. Este fin esencial en la educación que se imparte bajo los dictados de la Obra se ha mantenido y reafirmado desde entonces.

Durante la guerra civil española el Opus Dei fue una avanzada y activísimo grupo combatiente contra la República Española y a favor del generalísimo Francisco Franco. Esta colaboración prestada por el Opus Dei al dictador Español fue tenida en cuenta y compensada posteriormente durante el largo período de gobierno de la dictadura.

A comienzos de 1940 oficialmente la iglesia católica concedió aprobación al Opus Dei, a través del Obispado de Madrid. Y en el 1943 a través de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, se le autorizó para ordenar sus propios sacerdotes, convirtiéndose así en un tiempo relativamente corto en una poderosa congregación con capacidad para darse sus propios dirigentes. Los años finales del decenio de 1940 encuentran radicado en Roma a Escrivá de Balaguer, en donde mediante una intensa actividad de lo que hoy llamamos lobby, consiguió que el Vaticano diera la primera aprobación pontificia del Opus Dei y lo constituyera en Instituto Secular.

En 1950 Pio XII promulgó la aprobación definitiva de la Obra. El Decreto aprobatorio permitió la aceptación en el Opus Dei de personas casadas y la asimilación de sacerdotes de otras congregaciones católicas.

En tan sólo 20 años el Opus Dei recorrió un camino que costó años y en ocasiones siglos a otras congregaciones católicas.

A Finales de los años 50 se inicia la expansión continental a la América hispana del Opus Dei. Perú, México, Venezuela, Guatemala, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Puerto Rico, Honduras, Trinidad Tobago, República Dominicana y Nicaragua, así como también Canadá y Estados Unidos, y en fin, todos los países centro y sur americanos entrar a formar parte de los objetivos de la obra de Escrivá de Balaguer. El mismo, o las más altas autoridades de la congregación visitan los países, promueven la fundación de colegios y la instalación de capítulos, no sólo en España y Portugal, sino también en América Latina. Cuando Escrivá de Balaguer fallece, el 26 de junio de 1.975, el Opus Dei es ya un poderoso brazo de la Iglesia instalada en el poder o muy cerca de él en los países Hispano Americanos.

Toda la influencia y el poder de la Iglesia Católica se ha puesto a las órdenes y al servicio del Opus Dei desde su fundación. ¿Qué razones ha habido para ello ?. Para contestar este interrogante debemos analizar las condiciones y el momento histórico en que es fundado y mirar, así sea a vuelo de pájaro, las relaciones entre la Iglesia Católica y la Masonería antes de la creación del Opus Dei y después de ella.

MASONERÍA E IGLESIA CATÓLICA

A pesar de que las relaciones entre la Orden Masónica y la Iglesia Católica han sido siempre difíciles y cargadas de problemas, no obstante, podemos establecer tres momentos en ellas: dos períodos puntuales de tensión y enfrentamiento, el primero, se dio en el siglo XVIII y el segundo, en el siglo XIX, y un tercer período de serenidad y acercamiento, especialmente de la Masonería a la Iglesia Católica, que ha sido perpetuado por algunos sectores fundamentalistas en materia religiosa y de derecha en orientación política.

Rápidamente miremos cada uno de ellos. El Siglo XVIII, ve nacer formalmente la Masonería con las constituciones de 1722 de los pastores Anderson y Desaguliers y es una centuria llena de zozobra y persecuciones contra la Orden Masónica. Realmente, fueron escasos los Gobiernos y los Estados que no prohibieran la Masonería y las reuniones de Masones. En realidad la Corte de Roma o la Santa Sede no fueron los primeros ni los únicos en condenar y prohibir la Masonería. En 1735 lo hicieron los Estados Generales de Holanda; en 1736, el Consejo de la República y Cantón de Ginebra; en 1737 son la Francia de Luis XV y el Príncipe Elector de Manheim en el Palatinado, Hamburgo y Federico I de Suecia en 1738; María Teresa de Austria lo hará en 1743; en Aviñon. París y Ginebra en 1744; en 1745 el Cantón de Berna, el Consistorio de Hannover y de Nuevo París, incluso el Gran Sultán de Constantinopla lo hará en 1748; Carlos VII de Nápoles (futuro Carlos II de España), y su hermano Fernando VI de España en 1741; en 1763 los Magistrados de Danzintg; en 1770 el Gobernador de la Isla de Madeira y los gobiernos de Berna y Ginebra; en 1784 el Príncipe de Mónaco y el Elector de Baviera Carlos Teodoro; en 1785 , el Duque de Baden y el Emperador de Austria José II; en 1794 el Emperador de Alemania Francisco II, el Rey de Cerdeña Víctor Amadeo, y el Emperador Ruso Pablo I; en 1798 se suma a los perseguidores Guillermo II de Prusia, éstos solo, para citar los más conocidos. No hubo entonces suelo europeo, donde no se persiguiera a la Masonería.

Sin embargo, no pueden considerarse todas estas persecuciones como hechos aislados atribuibles exclusivamente a cada Estado, gobernante o autoridad. Ellas tienen un hilo conductor que habrá de mostrarse con las prohibiciones y condenas de los Papas Clemente XII en 1738 y Benedicto XIV en 1751, así como en el Decreto del Cardenal Firrao para los Estados Pontificios en 1739.

En ese momento los cargos que se le hacen a la Orden Masónica se refieren al Secreto riguroso con que los Masones se protegían y al juramento que ellos hacían. Cargos que permitieron aplicarles el derecho, heredado del Imperio Romano, que consideraba como ilícita, subversiva y un peligro para la tranquilidad de la religión oficial, el buen orden y la tranquilidad de los Estados, a toda asociación o grupo autorizado por el Gobierno.

A estos motivos que podrían llamarse de Estado, que tuvo la Roma Antigua para perseguir a los primeros cristianos, los Papas Clemente XII y Benedicto XIV agregaron el considerar a los Masones y a sus reuniones como sospechosos de "herejía", y argumentaron a favor de este criterio el hecho de que los Masones admitían en sus reuniones a todo tipo de individuos, fueran católicos o no católicos, y sancionaron con pena de excomunión a los Masones.

Esta drástica medida para combatir la Masonería está claramente establecida en el Edicto del Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Firrao, promulgado el 14 de enero de 1739, en el que se dice " que las reuniones Masónicas eran no sólo sospechosas de herejía, sino, sobre todo, peligrosas a la pública tranquilidad y a la seguridad del Estado Eclesiástico, ya que de no tener materias contrarias a la fe ortodoxa y al Estado y tranquilidad de la República, no usarían tantos vínculos secretos ". Una consecuencia inmediata y directa de esta edicto fue la pena de muerte, confiscación de bienes y demolición de las viviendas de los Masones.

Además, se dio también como resultado del mencionado edicto, la creación del llamado delito de Masonería, pues en las naciones con gobiernos confesionales, los Masones fueron perseguidos no por serlo, sino por ofensa a la religión católica, puesto que estaban excomulgados, fundamentándose el delito de Masonería en la lesión del Orden religioso católico, y desde el momento que éste se tenía como base de la Constitución de los Estados católicos, el delito eclesiástico automáticamente pasaba a concebirse y castigarse como delito político.

Lo anterior explica por qué en ningún documento del Siglo XVII, incluidas las bulas de Clemente XII y Benedicto XIV, se prohibe la Masonería en cuanto a Institución, sino " las reuniones de Masones ", las cuales se señalan con nombres disímiles en la bula In Eminenti del Papa Clemente XII, como son Asambleas, Conventículos, Juntas, Agregaciones, Círculos, Reuniones, Sociedades, etc.

El segundo momento de las relaciones entre la Masonería y la Iglesia Católica se va a dar en el siglo XIX. Viene marcado este período por la aparición de las sociedades Americana, primero, y luego de la Revolución Francesa en los soberanos absolutistas de la Europa del congreso de Viena que no se resignaban a perder su poder. Situación ésta que va a merecer especial preocupación por parte de Roma.

Sabido es, que ambas revoluciones van a contar entre sus líderes y víctimas a muchos Masones e incluso sacerdotes católicos, que se supo, en ese momento, pertenecían a la Masonería, como es el caso del cura católico Gallot, que fue más tarde elevado a la condición de beato por la Iglesia Católica . Este papel preponderante de la Masonería en ese momento histórico creó dos situaciones diferentes. Por un lado, en los países anglosajones, como Estados Unidos, Gran Bretaña y países Nórdicos, la Masonería adquirió prestigio social y tuvo presencia política, inclusive con figuras del clero no católico. Es así como los Reyes de Inglaterra y Suecia pertenecían a la Masonería en sus respectivos países y gran parte de los presidentes de Estados Unidos militaban en sus filas.

En cambio, en los países católicos los ideales de la Masonería, confundidos e identificados en gran medida con los del liberalismo, suscitaron por parte de la Iglesia católica y de los gobiernos absolutistas de la época, una dura reacción contra la Masonería, originada en la conocida unión del Trono y el altar en defensa de sus respectivos poderes. Esta imagen de la Masonería Latina Europea fue la que atrajo a los líderes de la revolución Hispanoamericana, Bolívar, Miranda, San Martín, Santander, etc.

De manera que en los primeros años del siglo XIX el enfrentamiento Masonería - Iglesia católica va a darse dentro de los marcos de interpretación de las revoluciones americana y francesa y de las consecuencias surgidas alrededor del denominado mito del complot Masónico - revolucionario, difundido por el abate Barruel. Este famoso mito atribuyó a la Masonería, la creación de grupos de subversión, levantados en armas contra los gobiernos de los Estados, y que hostilizaban en la lucha armada a la Iglesia Católica, como la renombrada Carbonería Italiana. La profusión de estas sociedades secretas las atribuyó la Iglesia a los Masones, evitando así que la Masonería Latina Europea pudiera, al igual que la anglosajona, evolucionar rápidamente en su crecimiento y desarrollo.

El Vaticano no desaprovechó la oportunidad para mantener la prohibición y la condena contra los Masones y sus reuniones, llegándose inclusive a considerar a la Masonería como una "Sociedad clandestina cuyo fin era conspirar en detrimento de la iglesia y de los poderes del Estado". En este sentido, se pronuncian la constitución Ecclesian Christi de 1821, promulgada por el Papa Pío VII y la Humanum Genus de 1884, dada por León XIII. Pío IX y León XIII en el ánimo de mantener la confrontación con la Masonería, se refirieron a ella en sus documentos y alocuciones, en más de 2000 ocasiones.

En este período crítico de las relaciones entre ambas Instituciones, la Iglesia llegó inclusive a afirmar que la Masonería atacaba "los derechos del poder sagrado y de la autoridad civil", que "conspiraba contra la Iglesia y el poder civil", que "atacaba a la iglesia y los poderes legítimos".

En Humanum Genus, León XIII afirma que el último y principal de los intentos de la Masonería "era el destruir hasta sus fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del naturalismo". Afirma también que "la secta Masónica tiene empeño en llevar a cabo las teorías de los naturistas" y que "mucho tiempo ha, que trabaja tenazmente para anular en la sociedad toda injerencia del magisterio y autoridad de la Iglesia y a este fin pregona y contiende deberse separar la Iglesia y el Estado, excluyendo así de las leyes y la administración de la cosa pública el muy saludable influjo de la religión católica".

Este enfrentamiento originó que en el Congreso Internacional de Trento , se le diera a la Masonería un trato que llevó a la Orden Masónica de los países latinos a pregonar y practicar un exacerbado anticlericalismo y laicismo.

El resultado final, ya en los albores el siglo XX, es que el Código de Derecho Canónico promulgado el 27 de mayo de 1917, después de la muerte de León XIII, recogió la doctrina jurídica de la iglesia sobre la Masonería, especialmente las de Pío IX y León XIII. Es así como en el canon 2335 se confirman las disposiciones pontificias del siglo XIX, precisando la sanción al establecer que "los que dan su nombre a la secta Masónica o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potencias civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservaba a la Sede Apostólica".

Es precisamente en este período lleno de agrios y duros enfrentamientos entre la Masonería y la Iglesia Católica,cuando en 1928, Josemaría Escrivá de Balaguer funda el Opus Dei. Desde su creación la nueva congregación aglutinó a los miembros más ortodoxos y fundamentalistas del clero católico, quienes comenzaron su trabajo misional con esos sectores de la feligresía.

En realidad de verdad, La Obra debió ser un propósito que tal vez se anidó en el ánimo de Escrivá desde mucho antes de 1909 y cuyos orígenes pueden rastrearse en el primer decenio del siglo, alrededor del periódico El Debate perteneciente a la escuela del Real Patronato de Santa Isabel, en donde él ejercía como profesor de Filosofía y de Deontología; o en sus relaciones estrechas con la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, la cual desde El Debate impulsaba de manera dogmática su creencia religiosa. Esta Asociación de propagandistas fundada en 1909 por el sacerdote jesuita Ayala, tenía como fin "formar unas minorías escogidas, compuestas de hombres ' apostólicos ' pertenecientes a las más variadas profesiones sin que tuviesen necesidad de hacer un voto especial de carácter religioso"; o en sus cercanas relaciones con Gil Robles fundador de la "Confederación Española de los Derechos Autónomos" partido político de carácte r religioso.

Todas estas relaciones y amistades con el más crudo sectarismo religioso español y la violenta derecha hispana, fueron caldo de cultivo del Opus Dei. Si a esto agregamos el momento histórico en que se da - al que nos hemos referido antes, es posible entender que el Opus Dei fuera desde sus inicios un ariete que golpeó de manera sistemática a la Masonería y a los Masones. Situación que habrá de verse de manera muy especial y concreta en España, en donde la Masonería fue soporte activo y combatiente a favor de la República, mientras que la gran mayoría de la Iglesia Católica, especialmente sus más altas jerarquías, lucharon a favor de las fuerzas de Franco.

Este carácter antimasónico del Opus Dei, enraizado en su mismo nacimiento, va a generar otra de las características, ésta coincidente con la Masonería, y fue la de utilizar algunos de los principios filosóficos esenciales de nuestra Augusta Institución en su ideario religioso, además de que sus miembros se someten a un rito de iniciación secreto, pero marcando su trabajo social, en salud y educación, con postulados muy diferentes a los de la Masonería. Es decir, de alguna manera Josemaría Escrivá, buscó formar una Masonería para los sectores más recalcitrantes y dogmáticos de la Iglesia Católica.

Esta actitud del fundador del Opus Dei, pretendió atraer también hacia La Obra y alejar de la Masonería a los sectores más tolerantes del clero católico y de su feligresía creyente. Este aspecto del Opus Dei, necesariamente tenía que producir, recrudecer y mantener las diferencias con la Orden, especialmente en España, México y Brasil.

Creado ya el Opus Dei, se va a presentar el tercer período, cuyo punto de referencia más importante es la creación del Concilio Vaticano II (1961 - 1965), en cuyas conferencias habrá de darse una tendencia mayoritaria de aproximación entre la Masonería y la Iglesia Católica. En este sentido, los Obispos de México, monseñor Sergio Méndez Arceo y de Brasil, el sacerdote jesuita Riquet, junto con la mayor parte de la Iglesia francesa, holandesa y escandinava, lideraron este acercamiento.

Uno de los más interesados en que este acercamiento cristalizara, fue el buen Papa Juan XXIII, quien en 1963 hizo pública la siguiente Oración :

"Señor y Gran Arquitecto :

"Nosotros nos humillamos a tus pies e invocamos tu perdón, por la herejía en el curso de desconocer en nuestros hermanos Masones, como tus seguidores predilectos.

"Luchamos siempre contra el libre pensamiento, porque no habíamos comprendido que el primer deber de una religión, como afirmó El Concilio, consiste en reconocer hasta el derecho de no creer en Dios.

"Habíamos perseguido a aquéllos que dentro de la propia iglesia habíanse distanciado inscribiéndose en las Logias, despreciando todas las injurias y amenazas.

"Habíamos irreflexivamente acreditado que una señal de la Cruz pudiese ser superior a tres puntos formando una Pirámide.

"Por todos esto nos arrepentimos Señor y con tu perdón, te rogamos, nos hagas sentir que un Compás sobre un nuevo altar, puede significar tanto como nuestros viejos Crucifijos. Amén".

En el año de 1974 el Cardenal Seper, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, admitió públicamente la existencia de Masonerías sin ánimo de enfrentamiento religioso con la Iglesia Católica y reconocía por primera vez desde 1738 que la excomunión lanzada hacía dos siglos, era entendible en medio de los problemas políticos y de luchas religiosas ya superados. Producto de esta nueva situación, la Iglesia Católica promulgó el 8 de enero de 1983 un nuevo Código de Derecho Canónico, en el cual el antiguo y drástico canon 2335, al que ya hice referencia antes, fue sustituido por el canon 1374, en el cual ya no hay una referencia concreta a la Masonería ni a la excomunión y cuyo tenor literal es el siguiente: "aquellos que dan sus nombres a asociaciones que maquinan contra la Iglesia, serán castigados con un pena justa; aquéllos que las promuevan o dirijan serán castigados con la pena de entredicho".

Este canon resistió todas las presiones de los sectores más ortodoxos de la Iglesia, entre los cuales destacó por su activísima participación para evitar que se promulgara, el Opus Dei. No obstante, el Cardenal Ratzinger, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cercano al Opus Dei y su gran defensor en las antesalas del Vaticano, expidió un Declaración sobre las Asociaciones Masónicas el 27 de noviembre de 1983, en la cual insiste en la condena y el rechazo a la Masonería y prohibe a las autoridades eclesiásticas locales, pronunciarse sobre esta Asociación ya que se le considera inconciliable con la doctrina de la Iglesia. Posteriormente el 23 de febrero de 1985, ante el poco acatamiento que había tenido dicha Declaración, el Obsservatore Romano, órgano oficial del Vaticano, publicó un artículo sin firma denominado "Reflexiones a un Año de la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Inconciabilidad entre la Fe Cristiana y la Masonería". Esta nota es la vuelta a los tiempos inquisitoriales de la Iglesia, respecto de la Orden Masónica.

MASONERÍA, OPUS DEI Y PODER

A pesar de ser la Masonería organización apolítica, uno de los cargos que le hicieron los gobiernos absolutistas y el Vaticano fue el de ser una asociación que perseguía el poder para derrocar los gobiernos imperantes, con el fin de instaurar sus propios postulados y doctrinas, extraídos del más furioso anticlericalismo y laicismo y de las enseñanzas del naturalismo, en el decir de ellos.

La caída del absolutismo no quiso ser comprendida como una reacción de la sociedad en general, como en efecto lo fue, sino que en sectores interesados, la participación de los Masones en los hechos revolucionarios de 1779 y 1781 en América y Francia, fue una confirmación de las actitudes subversivas de la Masonería.

En los siglos XIX y XX se da el apogeo de los gobiernos laicos como consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado. Este hecho significó la pérdida de una gran parte del poder terrenal que la Iglesia Católica ejercía en Europa y América Latina.

Retomar ese poder perdido ha sido uno de los fines del Opus Dei. Para conseguirlo, ha trabajado durante más de setenta años, tanto dentro de la organización de la propia Iglesia como de los gobiernos de España, Portugal e Hispanoamérica. En este tiempo, brevísimo en comparación con los tres milenios que ajusta la Iglesia de Roma, su diplomacia se ha adjudicado destacadísimos logros en uno y otro campo. Se ha convertido en la más importante fuerza dominante dentro de la curia Romana, contando inclusive con el decidido apoyo de Juan Pablo II, aunque ello le ha granjeado no pocas resistencias y oposiciones de otros sectores de la Iglesia igualmente poderosos, que se han visto desplazados por la Obra. Según el Annuario Pontificio cuenta con 80000 miembros en 80 países de todo el mundo, de los cuales 2000 son sacerdotes. Es la única diócesis flotante, como prefectura personal, que existe y por lo tanto no está sometida a ninguna autor idad eclesiástica local y está gobernada por un prelado general que solo rinde informes al Papa cada cinco años. Esta situación ha llevado a que grupos de la Curia Romana digan que el Opus Dei pretende ser una Iglesia dentro de la Iglesia.

De otro lado, el hecho de trabajar en todo el mundo con los jóvenes, le permite estar en contacto con lo más granado de la inteligencia y del poder económico de los países. De esta manera, ha conseguido en las naciones hispanoamericanas, colocarse muy cerca del poder político, cuando no dentro de él. Así ha orientado muchas de las políticas de gobierno en España, Colombia, Perú y otros países centro y sur americanos.

Superado el problema eminentemente religioso, que para la Masonería no existe, se quiere presentar la lucha por el poder como otro factor que no permite la conciliación de las dos Instituciones. Debido a que el Opus Dei busca ser pilar ideológico y doctrinario, desde una visión teocrática de los gobiernos, rechaza por peligrosa la apoliticidad propia de la Masonería.

CONCLUSIONES

Podemos concluir esta breve charla afirmando que :

El Opus Dei es una congregación de carácter religioso, con características de secta, y, por ende, dogmática, al servicio del fundamentalismo y la ortodoxia de la Iglesia Católica. La Masonería, por el contrario, es una filosofía, carente de etiquetas religiosas, filantrópica, ética y apolítica.

El Opus Dei es una Institución Religiosa Católica, con la cual tal vez la Curia romana está experimentando la posibilidad de recuperar para la religión el poder político en los Estados.

Aunque el Opus Dei sea una organización que tiene iniciados y ritos iniciáticos para sus miembros, que comparte con la religión católica los llamados misterios de la Iglesia, no es en realidad una Masonería, pues se aparta de muchos de los principios fundamentales de esta Institución.

El Opus Dei busca a través de la práctica religiosa, el poder terrenal para la Iglesia Católica. Lo cual significaría un retroceso histórico al volver a confundir el Trono y el Altar bajo una misma fe o credo. La Masonería respeta toda creencia o práctica política que funcione lícitamente dentro de los Estados, si bien procura que los afiliados suyos que ejerzan poder político, lo hagan con observancia de su enseñanza ética, moral y filosófica.

Si bien el acercamiento entre Masonería y Opus Dei es posible, dentro de los postulados de tolerancia y respeto, esa sola circunstancia no borrará las discrepancias y diferencias entre las dos Instituciones.

BIBLIOGRAFÍA

BUNSON, Matthew E: "La Sabiduría del Papa" - palabras de esperanza e inspiración de Juan Pablo II - Editorial EDAF. Madrid, 1996.

DE KEMPIS, Tomas: "Imitación de Cristo". Editorial Tor, buenos Aires.

Enciclopedia Británica Online: "Opus Dei". En :
http:/ / members.eb.com/bol/topic?eu=58673&sctn=1.

FERRER BENIMELI, José Antonio: "Cursos de Verano en el Escorial" - Masonería y Religión: convergencias, oposición, ¿incompatibilidad?, Primera Edición. Editorial Complutense. España, 1996.

GUERRY, Emile, Monseñor: "La Doctrina social de la Iglesia", Segunda Edición. Ediciones Rialp S.A. Madrid, 1961.

Historia del Opus Dei. Publicada pro la Oficina de Información del Opus Dei en España, 1998.

LE VAILLANT, Yvon: "La Santa Mafia". Editores asociados, S. De R. L. México, 1971.

MONCADA, Alberto: "Historia Oral del Opus Dei". Editorial Plaza & Janés, 1987.

VACA DE OSMA, José Antonio: "La Masonería y el Poder". Editorial Planeta. Barcelona

La secta Gran Priorato de Hispania no está reconocida por ningún masón español. Es una infiltración del Vaticano en el seno de la masonería.
Además su pseudgran maestrillo Ramón Martí Blanco, un tipo de una pobrezxa intelectual abrumadora, tiene un nexo con la secta pseudomartinista Orden Martinista Sinárquica, del indescriptible Diego Cerrato Barragán.
La propia masonería los define asÍ:
GPDH: GRAN PRIORATO DE HISPANIA (Masculina)



Masonería sectaria de fuerte componente dogmática y teísta se define como masonería cristiana. Esta Obediencia muy minoritaria que no es reconocida por ninguna otra Obediencia en España tiene la particularidad de buscar el reconocimiento y aceptación de su modelo de masonería por parte de la Jerarquía católica.

las masonas desenmascaran a Pepe Rodríguez, tras previa investigación, el creador de la moda del payasismo masónico

Me he quedado de piedra al ver que el farsante Pepe Rodríguez, en su panfleto Masonería al descubierto, se ha tragado literalmente las cuatro tonterías que repiten sin cesar de cara a la galería los altos grados y cargos de las Obediencia masónicas españolas. ¡Pero qué tonto es este tío de barba blanca!
Es posible que Pepe Rodríguez, con un ego que le conduce en su web a autoproclamarse el más ilustrado y sabio de entre todos los sabios e ilustrados, carezca de la humildad necesaria para reflexionar y sacar conclusiones independientes. También es posible que, como buen miniinvestigador que se autoproclama una especie de superhombre en su web para superar complejillos, no tenga acceso a la verdad de la masonería, alejada por supuesto de las pocas decenas de masones españoles que no pasan de la simple anécdota en el contexto internacional y que nunca le contarán la verdad, porque ni ellos la conocen.
POr ejemplo, el miniinvestigador Pepe Rodríguez habla de la Logia P2 como mafia disfrazada de masonería. Falso por completo. Eran masones bajo el amparo y el reconocimiento del Gran Oriente de Italia. Otra cuestión es que se dedicasen al delito.
El mini de la barba blanca (¡como me recuerda a Papa Noél!) niega la existencia de una logia encubierta en el Vaticano, los masones se están muriendo de la risa en estos momentos, ya que todos los bien informados saben que eso es así, sin la menor duda. Y sino que se lo pregunten a la Gran Logia de Panamá, a la Gran Logia Bolivariana de Venezuela o a otras Grandes Logias que reconocen que Juan XXIII fue masón en sus webs. El farsante Rodríguez lo niega, porque él no sólo no tiene ni puta idea de masonería, sino porque lo suyo son las masonería de Rintintín y las miniinvestigaciones.
Recuerdo ahora como este farsante atacó a la Orden de Malta en uno de sus libros, afirmando que los masones de la CIA eran miembros. Falso. Los masones de la CIA pertenecen a la Orden de Malta masónica en el 90% de los casos, para nada a la Vaticana, mitómano de tres al cuarto.
Traficante de pseudochismes masónicos con pseudomasonas radiadas al estilo de las chivatas Rosa Tur o del pseudomasón Emilio Castell, ambos acusados de recibir sueldos en la policía y el CNI, que es donde cobra Rodríguez por preparar informes, el panfletillo de Rodríguez es una aberración antimasónica indigna de alguien que se hace llamar las cosas que él se hace llamar.
Lo dicho: chaval, de masonería, ni puta idea. Vete casa, juega al parchís y deja tranquila a la masonería, qué bastante daño y ha recibido de tus jefes ex franquistas y de tí.

Una preguntita: ¿Cómo hace un mini entre los minis cuando una investigación afecta a los jefes? Te responde la masonería: pantalones abajo y tragar, ¿eh?

VIVA LA FRANCMASONERÍA

MIKAMOKA BEALIM

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Es posible que Pepe Rodríguez, con un ego que le conduce en su web a autoproclamarse el más ilustrado y sabio de entre todos los sabios e ilustrados, carezca de la humildad necesaria para reflexionar y sacar conclusiones independientes. También es posible que, como buen miniinvestigador que se autoproclama una especie de superhombre en su web para superar complejillos, no tenga acceso a la verdad de la masonería, alejada por supuesto de las pocas decenas de masones españoles que no pasan de la simple anécdota en el contexto internacional y que nunca le contarán la verdad, porque ni ellos la conocen.
POr ejemplo, el miniinvestigador Pepe Rodríguez habla de la Logia P2 como mafia disfrazada de masonería. Falso por completo. Eran masones bajo el amparo y el reconocimiento del Gran Oriente de Italia. Otra cuestión es que se dedicasen al delito.
El mini de la barba blanca (¡como me recuerda a Papa Noél!) niega la existencia de una logia encubierta en el Vaticano, los masones se están muriendo de la risa en estos momentos, ya que todos los bien informados saben que eso es así, sin la menor duda. Y sino que se lo pregunten a la Gran Logia de Panamá, a la Gran Logia Bolivariana de Venezuela o a otras Grandes Logias que reconocen que Juan XXIII fue masón en sus webs. El farsante Rodríguez lo niega, porque él no sólo no tiene ni puta idea de masonería, sino porque lo suyo son las masonería de Rintintín y las miniinvestigaciones.
Recuerdo ahora como este farsante atacó a la Orden de Malta en uno de sus libros, afirmando que los masones de la CIA eran miembros. Falso. Los masones de la CIA pertenecen a la Orden de Malta masónica en el 90% de los casos, para nada a la Vaticana, mitómano de tres al cuarto.
Traficante de pseudochismes masónicos con pseudomasonas radiadas al estilo de las chivatas Rosa Tur o del pseudomasón Emilio Castell, ambos acusados de recibir sueldos en la policía y el CNI, que es donde cobra Rodríguez por preparar informes, el panfletillo de Rodríguez es una aberración antimasónica indigna de alguien que se hace llamar las cosas que él se hace llamar.
Lo dicho: chaval, de masonería, ni puta idea. Vete casa, juega al parchís y deja tranquila a la masonería, qué bastante daño y ha recibido de tus jefes ex franquistas y de tí.

Una preguntita: ¿Cómo hace un mini entre los minis cuando una investigación afecta a los jefes? Te responde la masonería: pantalones abajo y tragar, ¿eh?

VIVA LA FRANCMASONERÍA

MIKAMOKA BEALIM


Publicado por rosita gordita a las Septiembre 18, 2006 08:45 PM

vean a rosa tur en acción lesbica:

www.gordas.es.tt

y también a su novio/a Pepe Rodríguez, la Pepa antisectas entre los antisectas, con fama de ser un obseso de los travestís:

gran-hermano.buff.com.es/travestis.htm

No se extrañen porque son de los que ven bien el tema homosexual y lo disfrutan en esta España de ZP que admite matrimonios gays y otros impropedios antimasónicos (hay que ser libre y de buenas costumbres doña Pepe y don Rosito).

A mi el libro de Pepe Rodríguez me ha encantado. Me ha parecido ameno, interesante, tanto en la parte sobre la historia y concepción masónia, atinado, y respecto a la cuestión de la masonería española, de lo que yo conozco de primera mano, absolutamente verídico.

El autor, es cierto, se posiciona claramente a favor de una masonería adogmática como la que representa el Gran Oriente de Francia y es bastante crítico con la corriente teísta y dogmática de la línea anglosajona y de la pretendida masonería regular de la Gran Logia de España, lo que sin duda le granjeará las críticas de los masones de esta corriente. No obstante, el libro refleja una posición por parte del autor muy favorable a los ideales generales de la masonería.

Libro indispensable para los masones españoles y, sobre todo, para aquellos interesados que quieran saber quién ha sido y es quién en la masonería española contemporánea.

Más opiniones sobre este libro y sobre la masonería en http://foro.masoneria.es


Saludos

Albert Anglada es mi héroe
by jaime I Tuesday, Jan. 30, 2007 at 8:00 AM



Albert Anglada sabe en Radio y futuro libro, de idéntica forma que Manuel Guerra, que Pepe Rodríguez es masón del grado 33º y oculta gravísimos actos delictivos de los pedófilos del Raval y las Niñas de Alcassér, publicados en prensa independiente, por que los que están detrás son sus compañeros de logia secreta y de culto al demonio. La Logia Europa es esa, y tiene una tras logia en la que se rinde culto al asqueroso Baal (Jah-Bal-On, del Royal Arch) y promueve el grupo Leviatán, otro demonio asqueroso.
Esa es la inspiración que moviliza a Rodríguez y que se inspiró en el culto Babilónico que afectó con consecuencias impredecibles a los masones implicados en los graves actos.

Albert Anglada lleva años tras la pista del Gran Oriente de Francia

Un libro afirma que la francmasonería "está ayudando" a ERC
BARCELONA, 10 (EUROPA PRESS)

El periodista catalán, Albert Anglada, acaba de publicar un libro en que defiende que "existe una red de intereses masónicos franceses que ha ayudado, y está ayudando, al despliegue del partido de Carod-Rovira y Juan Puigcercós (ERC) por Cataluny". El libro también habla de la historia de la masonería, de María Magdalena y de otros temas, y cita repetidamente entre sus fuentes 'El Código da Vinci' y 'El enigma sagrado'.

Según dice el autor, la relación
masonería-ERC es un "fenómeno que se puede seguir muy de cerca en las mismas comarcas de Osona y el Ripollés" (zonas de Barcelona más cercanas a Anglada) y en el mismo pueblo del autor, Sant Quirze de Besora. "Lo que pasa en estos territorios", según él, "nos sirve de ejemplo para entender lo que pasa en toda Catalunya, afectando a toda España".

'Secretos de la masonería. Intereses masónicos franceses en la España de hoy' (Ediciones del Equilibrio) dedica la presentación del libro y el primer capítulo a explicar la relación entre la masonería y ERC, y en los otros nueve capítulos habla, respectivamente, de la historia de la masonería, su relación con Francisco Franco, el sistema de grados masónico, el culto al demonio y otros movimientos.

Muchos libros están apareciendo sobre la masonería.
parece que la guerra está desatada.
Lo curioso es que sean determinados personajes, que nadie conocía hasta el presente, los que se atrevan a criticar a otros, periodistas reconocidos, por el simple hecho de escribir sobre temas que conoce bien.
Es muy sospechoso que en algunos de estos artículos aparezcan personas que han luchado contra todos los medios de opresión.

Que salgan a la palestra determinados nombre de masones y masonas no significa mas que algunos quieren eliminar de los cuadros de la masoneria a aquellas personas que defienden el ideario masónico.

muchas envidias, muchas cosas tendrán que tapar algunos que se esconden bajo seudonimos para atacar a personas respetables que tienen una trayectoria en la masoneria de generar complicidades, uniones de masones a nivel mundial, y que por ello acaban sacando a la la luz otras relaciones más complicadas de quienes se refugian en la masoneria para, bajo el secreto y discrecion masónica, actuar de manera criminal.

los ataques personales no pueden ser admitidos por la masoneria, en tanto en cuanto es una sociedad LIBRE Y DE BUENAS COSTUMBRES, según reza en sus principios

IMAGEN de la realidad homosexual de Pepe Rodríguez
by INVESTME Tuesday, May. 22, 2007 at 2:34 PM



Se cree el mayor investigador del universo, pero le pillaron en pleno morreo con su noviete. ¡Vaya, vaya!
La foto que le mostramos está capturada de un blog en el que se demuestra con documentación gráfica que Pepe Rodríguez es moñas, maricón, además de un tontorrón que se deja atrapar en prácticas homosexuales, un nuevo Pedro J. Ramímez.
¡qué se lo pasen bien!

http://bp1.blogger.com/_xLmmrFzmuCI/ReWA_EhydFI/AAAAAAAAABU/Lcz-fiJ2KMI/s1600-h/beso.jpg

Busco información contrastada que confirme la condición de francmasón de Xavier Vinader, el que dicen que es amigo del masón homosexual Pepe Rodríguez. La necesito para un blog católico que aborda las tramas francmasónicas de Rodríguez, sus vínculos con una conspiración para imponer un Estado homosexual en España dominada por el francmasón José Luis Rodríguez Zapatero e intrigas antivaticanas que buscan la destrucción del cristianismo y la Iglesia católica en España.
Me sirven datos que verifiquen si pertenece a la Gran Logia de España o una logia irregular y atea.
Agradezco contesten aquí abajo.

Realmente es maravillosa la tendenciosidad de la nota. Mi pregunta es ¿te acercastes alguna vez a la obra del Opus Dei? ¿Conversastes con sus miembros cara a cara? ¿partcipaste de su reuniones? ¿crees en Dios? Me imagino que vos sos uno de esos progres que ven la "religión" como algo viejo, aracaico y cuasi reaccionario, que atenta contra la libertad. Contrariamente a ello, la FE nos da la libertad.
Antes de hablar, y de escribir tanto, me acercaría y buscaría contactarme con numerarios del Opus, y preguntarles que piensan del mundo. Mucha teoria, y poca practica nene. Segui participando.

La ignorancia envalentona.
¡Qué valor para soltar esa sarta de payasadas, so burro, AAAASNO indocumentado!.

¿Qué es eso de "carácter antimasónico del Opus", so tonto?. La Masonería es anticristiana y anticatólica (de hecho, se castiga con excomunión a todo bautizado que se asocie a una logia masónica. Varios papas han condenado reiteradamente la Masonería.
El Opus Dei es parte de la Iglesia, como yo o como cualquier vecino bautizado. La Masonería no es la razón de ser de la Iglesia ni del Opus, por tanto, "su carácter antimasónico" es de tu cosecha.

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